UNA SEMANA SANTA DIFERENTE... TÚ YA NO VAS A ESTAR...
Con cariño y en memoria a Rafael José Rueda Díaz
He decidido escribir estas palabras a pesar de resultar ser muy difícil expresar lo que siento… lo que todos sentimos.
Hemos empezado este año 2014 de una forma muy triste, con la pérdida de un cofrade muy especial, una gran persona… mi tío, el que todos llamabais “Rafael, el de Valera”. Para muchos de nosotros un gran amigo, una de las personas más serviciales que había en el pueblo y esto siempre se recordará en nuestra cofradía. Porque tal como la mayoría recordaréis, si esta cofradía se consiguió crear fue gracias al sueño de esos cinco jóvenes entre los cuales estaba mi tío Rafael. Desde ese año, siempre se ha dedicado a participar de forma activa en hacer realidad ese sueño, y sinceramente lo han conseguido, porque año tras año desde 1982 vemos como por las calles de nuestro pueblo procesionan nuestras hermosas imágenes, siempre acompañadas de sus nazarenos, sus mantillas y gracias al esfuerzo de sus costaleros. En esos primeros años yo ni siquiera había nacido y luego, aún no vivía en el pueblo para ver todo ese trabajo, sin embargo todos esos recuerdos de nuestra cofradía se han ido contando en mi familia y por parte de muchos amigos…y poco a poco he podido sentir lo importante que ha llegado a ser para mi tío Rafael esta hermandad.
Siempre recordaré cuando salí procesionando por primera vez de nazareno, llevaba esa túnica azulona, y mi tío muy ilusionado me daba un par de besos antes de salir y al recogernos… qué cariñoso ha sido siempre conmigo, donde me veía siempre me daba unos besos y abrazos desde pequeña hasta el último momento. Y ya cuando tomé la decisión de vestirme de mantilla, para él fue todo un orgullo. Siempre me preparaba en su casa y allí estaba él con una sonrisa de oreja a oreja viendo como Semana Santa tras Semana Santa su sobrina con mucha ilusión se proponía a acompañar a nuestras hermosas imágenes
Pero este año, será diferente… él ya no estará. Es muy triste ver como los años pasan y cada vez, alguno de nosotros no está, y este año el que va a faltar nos ha dejado un gran recuerdo de él. Si bien es cierto que en los últimos años ya no se le veía procesionar o llevar a nuestra Virgen a hombro, puesto que su salud no se lo permitía, la verdad es que siempre estaba presente para todo: en los preparativos que no son pocos, en todos los oficios (me viene a la mente el recuerdo de verlo sentado frente al altar, junto a los demás hombres para el lavado de pies el Jueves Santo), siguiendo todas las procesiones durante nuestra Semana Santa y demás festividades, ayudando en las cruces, en las romerías…en cualquier momento, allí estaba él sacando tiempo y fuerza de dónde fuera.
En esta Semana Santa, se me encoge el corazón al saber que ya no estará en su puerta cuando pasen nuestras imágenes por la carretera, sino que nuestros hermosos tronos llevarán ese lazo negro que será el símbolo de nuestro luto, de nuestra tristeza al no tenerlo ya con nosotros. Aún así, con fe quiero pensar que desde el cielo, junto a nuestro Señor y nuestra Santísima Virgen de las Angustias a la que ha estado adorando la mayor parte de su vida, él estará participando en nuestras procesiones, sentirá todo nuestro amor y lo mucho que lo estaremos echando de menos todos... porque mi tío Rafael, esa gran persona, ese “segundo padre” para mi, siempre estará en todos nuestros corazones.
Valérie Calatrava
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