Blogia
PASO CELESTE DE TABERNAS

Semana Santa 2018

SEMANA SANTA 2018. GRACIAS, GRACIAS Y MIL VECES GRACIAS.

SEMANA SANTA 2018. GRACIAS, GRACIAS Y MIL VECES GRACIAS.

GRACIAS, GRACIAS Y MIL VECES GRACIAS. Todo vuelve a la calma en este día de sábado, todo es tranquilidad y los sentimientos comienzan a calmarse pasadas unas horas de nuestras estaciones de penitencia. Es de bien nacidos ser agradecidos. Gracias a todos lo que nos habéis acompañado en el cortejo procesional como nazarenos, mantillas, costaleros y un largo etcétera. Gracias a los que a pesar de las inclemencias permanecisteis realizando manifestación pública de fe ante nuestros Titulares. Gracias a los que desde fuera nos seguís en nuestro caminar. Gracias a los que cuando se necesita algo ahí están desinteresadamente. Gracias a los que incansablemente son fieles devotos de nuestros Titulares sin condiciones. Gracias a todos y todas por continuar este gran legado que año tras año sigue creciendo y siendo un referente. Que nuestros Excelsos Titulares nos guíen, bendigan y protejan. ¡GRACIAS!

 

GALERIA FOTOGRÁFICA LAS ESTACIONES, CULTOS Y SALIDAS PROCESIONALES PASO CELESTE 2018

REPARTO DE VARAS, FAROLES Y PAPELETAS DE SITIO

REPARTO DE VARAS INFANTILES, FAROLES Y PAPELETAS DE SITIO

 

LUNES SANTO - MARTES SANTO - MIERCOLES SANTO

17h a 19h

 

JUEVES SANTO

11h a 13h

CARTA DE NUESTRO CONSILIARIO PARA LA SEMANA SANTA 2018

CARTA DE NUESTRO CONSILIARIO PARA LA SEMANA SANTA 2018

Queridos hermanos de Tabernas:

Nos encontramos a las puertas de la semana grande de los cristianos y el mero hecho de su cercanía ya agita nuestros corazones de emoción. Nuestros niños y jóvenes comenzarán su tiempo de descanso, las cornetas y demás instrumentos ultiman los ensayos, los cofrades preparan con el corazón sus imágenes, y el aire de los atardeceres comienza a tener el dulce perfume del incienso… ya llega la Semana Santa.

En los días santos, creyentes y no creyentes, nos veremos sumergidos en las olas de la fe. Será un viaje hermoso para todos y saldrán a flote los sentimientos de muchos. Sin embargo, quiero invitaros a tener una mirada profunda que sepa apreciar el origen de nuestras bellas tradiciones: la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Ver a Jesús en su pasión es una invitación a vivir por y para los demás; contemplar el sufrimiento de María es conmoverse con el que sufre y saber, al mismo tiempo, que tenemos una Madre que vela por nosotros; sonreír ante el paso alegre del Resucitado nos debe llevar a la alegría plena de saber que Cristo venció a la muerte y que viviremos con Él para siempre.

Si aprendemos a ver más allá, si dejamos que sea el mismo Dios quien nos guíe en esta Semana Santa, entonces todos habremos vivido unos días de fiesta, pero dicha fiesta habrá anidado en nuestros corazones de tal manera que cada latido resonará a golpe de tambor para afrontar el día a día con valentía e ilusión, que cada mirada tendrá un rayo de esperanza que iluminará nuestro caminar, y cada bocanada de aire será tan dulce que las noches serán como un suspiro esperanzado en el porvenir. Esta es la plenitud que nos trae Cristo cada año de manos de la Iglesia y que pone en vuestras manos a modo de invitación en cada oficio y en cada procesión. En nombre de la comunidad parroquial de Tabernas os invito a participar de nuestra Semana Santa siendo algo más que meros observadores, yendo más allá al vivirla con el corazón.

 

Felipe A. de Mendoza Alemán

Rvdo. Sr. Cura Párroco

SANTA MISA Y CENA PASO CELESTE 2018

SANTA MISA Y CENA PASO CELESTE 2018

REPARTO DE ROPAS DE NAZARENO 2018

REPARTO DE ROPAS DE NAZARENO 2018

LOCAL DE LA COFRADÍA

MARTES Y JUEVES

17:00H A 19:00H

LAS ESTACIONES, STMA. VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS. CUARESMA 2018

LAS ESTACIONES, STMA. VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS. CUARESMA 2018

Tabernas tiene una Reina que por Cuaresma recorre sus calles. Al caer la noche entre cohetes y salves tu pueblo espera.

SALUDA HERMANA MAYOR SEMANA SANTA 2018

SALUDA HERMANA MAYOR SEMANA SANTA 2018

Queridos/as hermanos/as en Xto.:

Hemos iniciado un nuevo período cuaresmal previo a nuestra semana más importante del año; nuestra Semana Santa. Desde aquí os animo a que viváis no solo esta Semana Santa de 2018, sino toda la cuaresma con la mayor intensidad posible, para poder así celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo como verdaderos cristianos.

Aprovecho la ocasión para darle de nuevo, en nombre de todos, la bienvenida a nuestro nuevo Consiliario. Quisiera agradecerle su apoyo hacia mí y hacia nuestra Cofradía. Oremos todos para que en su misión pastoral pueda anunciar a nuestro pueblo la buena noticia de que Jesucristo ha vencido a la muerte y está vivo en su cuerpo que es la Iglesia y en cada uno de nosotros sus discípulos.

El tiempo vuela como se suele decir, y ahora lo estamos comprobando, parece que fue ayer cuando me dirigía a vosotros por primera vez como Hermana Mayor. Ya han pasado tres años desde que empecé en este cargo con una nueva Junta de Gobierno, llenos de ilusiones y de proyectos con los que hacer crecer a nuestra Cofradia. Tres años de trabajo que nos han permitido seguir realzando a nuestra Semana Santa celeste: un nuevo trono, nuevos acompañamientos musicales, nuevos enseres…todo para que la procesión de nuestros titulares se realice con mayor esplendor por las calles de nuestro pueblo. Ahora llega el momento de la despedida por mi parte puesto que próximamente se celebrarán elecciones a las cuáles os invito a participar activamente. Una nueva Junta de Gobierno tendrá que comenzar a trabajar para mantener a nuestra Hermandad en ese lugar que actualmente ocupa, y para hacerla crecer internamente. Una Junta que sin lugar a dudas llegará con esas ilusiones renovadas y con esas ganas de trabajar intactas. De nuevo, quisiera expresar mi agradecimiento a todos los hermanos/as por la afectuosa acogida que me brindaron desde el principio y por vuestra generosa disponibilidad. Aunque deje el cargo del cual he aprendido muchísimo, debo decir que siempre se podrá contar con mi apoyo y ayuda. Os animo a todos/as a seguir contagiando a los demás el deseo de formar parte de nuestra Cofradía, porque solo engrandeciendo esta familia que formamos conseguiremos mantener vivo lo que nuestros veteranos levantaron a lo largo de tantos años. 

            En todo camino hay tramos llanos y tramos con dificultades, el de esta Junta también los ha tenido, pero queremos olvidar esos malos tramos, aunque sin perder las enseñanzas que nos han dejado, y recordar solo los buenos momentos: por mi parte acabo mi mandato con un sentimiento de satisfacción por un trabajo bien hecho. En nombre de la Junta de Gobierno que presido y en el mío propio, me despido pero no sin antes agradeceros de nuevo a todos: los apoyos, las palabras de cariño, las aportaciones económicas, vuestra presencia a cada cita procesional o evento eucarístico,  vuestra ayuda en momentos de montajes y desmontajes, vuestras colaboraciones en cruces y romerías… siempre hemos trabajado como mejor hemos sabido y buscando el bien de la Cofradía.

Solo me queda pedirle un año más a Nuestra Santísima Virgen de las Angustias por todos nosotros, para que nos dé su bendición y su protección en todo momento.

Un saludo.

Valérie Calatrava.

CARTEL ANUNCIADOR SEMANA SANTA 2018 PASO CELESTE

CARTEL ANUNCIADOR SEMANA SANTA 2018 PASO CELESTE

Agonía que clama el fin de un calvario. Tu victoria siempre será nuestra fe.

Fotografía Sergio Lucas Lopez - Diseño Diego Armando Alías Santos

SALUDA DEL ALCALDE PARA LA SEMANA SANTA 2018

SALUDA DEL ALCALDE PARA LA SEMANA SANTA 2018

Saluda alcalde:

Queridos vecinos, llega la Semana Santa y volveremos a preparar nuestro pueblo para tan marcada ocasión.

Una ocasión esta con un marcado carácter tradicional que se vive en cada casa y familia de Tabernas, donde diferentes generaciones han pertenecido a una u otra hermandad y con las que algún miembro de dicha familia ha participado en los cortejos procesionales.

Es una sensación reconfortante cuando en los cortejos observas esas filas de niños y niñas pequeñas vestidos de penitentes, mantillas o alrededor de los pasos, con unas velas o faroles más altos que ellos mismos, te hace sentir que hay un gran futuro por delante para nuestras cofradías ya que dentro de algunos años esos pequeños serán los que recojan el testigo de la generación actual.

Una generación que ha seguido con la tradición y fe de sus padres, intentando siempre que cada año algo sea diferente, que los ojos de los que miramos los diferentes cortejos captemos esos pequeños detalles.


Nuestra Semana Santa la forman las mujeres y los hombres que con su devoción particular se esfuerzan para que sea cada vez más hermosa, valga desde aquí mi reconocimiento a todos ellos, sin vosotros nada de esto sería posible.

Y para ti visitante que en estos días nos acompañas, simplemente disfruta, pásalo bien y cuenta, cuando vuelvas a casa lo hermosa que es la Semana Santa de Tabernas.

José Díaz Ibáñez.
Alcalde de Tabernas.

CARTEL ANUNCIADOR DE LA SEMANA SANTA DE TABERNAS 2018

CARTEL ANUNCIADOR DE LA SEMANA SANTA DE TABERNAS 2018

Fotografía y diseño Sergio Lucas Lopez

AYUTAMIENTO DE TABERNAS CON NUESTRAS TRADICIONES

PRESENTACIÓN OFICIAL DEL CARTEL ANUNCIADOR DE LA SEMANA SANTA DE TABERNAS 2018

PRESENTACIÓN OFICIAL DEL CARTEL ANUNCIADOR DE LA SEMANA SANTA DE TABERNAS 2018

GALERÍA FOTOGRÁFICA

MENSAJE DE OBISPO DE ALMERÍA PARA LA CUARESMA 2018

MENSAJE DE OBISPO DE ALMERÍA PARA LA CUARESMA 2018

Queridos cofrades y diocesanos:

Con la Cuaresma hemos comenzado la andadura que nos conduce a la Semana Santa y a la celebración del Triduo pascual, centro del culto cristiano. El tiempo cuaresmal es un tiempo de preparación de la conmemoración de los misterios de nuestra salvación, a cuya consumación en la vida eterna nos encaminamos participando ya, en nuestro caminar de peregrinos, mediante la celebración sacramental de aquello que esperamos alcanzar. La plena participación en la resurrección y gloria del Señor. Por esto mismo, la Cuaresma es un tiempo propicio al examen de nuestra situación ante Dios, un tiempo para preguntarnos por el alcance espiritual de la Semana Santa, a la cual nos dispone la Cuaresma.

Es muy comprensible la ilusión, no sin desasosiego en determinados momentos, con la que los cofrades afrontan el recorrido cuaresmal, después de haber esperado con el corazón puesto en la salida procesional que a cada hermandad corresponde en la semana grande de la fe. La inquietud asalta muchos corazones devotos de la pasión y cruz del Señor, que esperan ver representada para instrucción de los fieles, para su mejor acercamiento al enorme sufrimiento que padeció el Redentor por amor al mundo; y para el acompañamiento espiritual de la Madre Dolorosa, que los cofrades desean consolar correspondiendo al amor de la Virgen con el suyo.

Mas, ¿de qué devoción se trata? Sin duda, es devoción sostenida por los sentimientos sinceros de quien se conmueve ante la representación de la pasión de Cristo y el dolor de la Virgen María. La pregunta que de ello se sigue reza como sigue: ¿en qué medida esta empatía con el drama del Calvario transforma la propia vida y la ajena? Cuando uno piensa en los cientos de cofrades que practican su fe un solo día, o unos cuantos días al año, y que acuden al reclamo de la “pulsión” de una religiosidad sentida, pero insuficientemente conocida en sus contenidos y real experiencia de fe, poco reflexionada y no bien acogida, una fe débil que no deja marca alguna en el sujeto que dice profesarla. Una fe a la que le ha faltado catequesis, que no ha sido suficientemente informada y formada, una fe de la cual no es capaz de dar razón el que se dice creyente, pero no ha comprendido que la fe excluye lo absurdo y nada tiene que ver con el mito. El cristianismo es una religión fundada en acontecimientos históricos de significado trascendente.

La Cuaresma es un buen momento para que hermandades y cofradías retomen su propósito de implantar la necesaria formación cristiana, para cuantos piden formar parte de ellas. Es el tiempo para activar el curso cofrade, que cada año ha de contar con un programa de formación, al que los cofrades se obliguen a seguir con disciplinada voluntad de trabajar los temas; de recorrerlo a modo de un catecumenado de adultos, proponiéndose dar los pasos que han de conducir a la gozosa experiencia pascual vivida cada Semana Santa. Todo ello siempre al ritmo litúrgico de la celebración del misterio pascual.

La Cuaresma es asimismo el tiempo propicio para contrastar la propia vida con las exigencias de una fe que, además de pensada, es fe celebrada. Tiempo fuerte, entonces, para celebrar bien, lo cual no es fácil de lograr sin la conciencia de que la Cuaresma tiene su propio significado sacramental. Lo dice con entera claridad el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, al afirmar que, en el ámbito de la piedad popular, con demasiada frecuencia «no se han asimilado algunos de los grandes valores y temas, como la relación entre el “sacramento de los cuarenta días” y los sacramentos de la iniciación cristiana, o el misterio del “éxodo”, presente a lo largo de todo el tiempo cuaresmal» (Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los sacramentos, Directorio, n. 124).

La Cuaresma tiene el carácter sacramental que le da ser evocación, vivencia y, en definitiva, memorial de una experiencia de purificación y marcha hacia la libertad durante los cuarenta años de travesía, contados a partir del éxodo, de la salida de los israelitas de Egipto camino de la tierra prometida. Una travesía que Jesús recapituló en sí mismo en los cuarenta días en los cuales «Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo» (Mt 4,1), para darnos ejemplo de cómo vencer nuestras tentaciones. Con tal fin fue tentado Jesús y la crónica evangélica nos lo presenta venciendo las tentaciones en que le pusieron el hambre a causa del ayuno, el poder por causa de la maliciosa insinuación que el demonio le proponía de hacerse dueño del mundo, si de rodillas le adoraba; y finalmente, por causa de sugestiva de sí mismo dejándose ver como espectáculo de infinita vanidad, algo que tanto subyuga a los humanos.

Sin la palabra de Dios, comprendida y asimilada; sin la gracia sacramental, de la que vivimos, como cristianos que se nutren de la salvación traída por Cristo; sin disciplina de la voluntad para vivir conforme a la fe profesada, con la ayuda de Dios y de su gracia, que nunca permite que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, no podremos lograrlo. No desaprovechemos la Cuaresma, un tiempo privilegiado para instruirse en la fe, avanzar en el conocimiento de la palabra de Dios y celebrar la salvación: preparándonos para recibir y recibiendo los sacramentos que comunican la gracia y regeneran nuestra existencia, haciéndonos receptores del anticipo de vida eterna que es la gracia sacramental. El tiempo cuaresmal es un tiempo para reflexionar sobre cada uno de los compromisos que lleva consigo ser cofrade y, dicho sencillamente, para responder al test de evaluación de la propia fe y práctica religiosa con la que nos proponemos celebrar la Semana Santa.

En los estatutos de las hermandades y cofradías está reglada en artículos la necesidad de formación en la fe y coherencia entre fe profesada y fe vivida. No basta pagar la cuota de hermano y estar al día en los pagos, hay que adquirir aquel conocimiento de la fe que es conocimiento de Dios y de Cristo. Hay que estar al día en la fe que nos hace miembros de la Iglesia, pues se es cristianos para poder ser cofrade. 

Es la condición eclesial de la fe la que da derecho a la pertenencia cofrade a las asociaciones de fieles que son las hermandades y cofradías, las cuales conceden a sus miembros el derecho a votar para decidir y tomar parte en las actuaciones cofrades que cada año programan y tienen su más conocida expresión en la Semana Santa, pero son programa de todo el año pastoral; y tienen variadas expresiones, que van del culto a la caridad y de la formación a la cultura. Entre ellas, la participación en los desfiles penitenciales que de hecho son las procesiones de Semana Santa, en las cuales la figura humana de cada cofrade desaparece velada por el hábito que oculta la personalidad del penitente, para que se transmita el testimonio no quién hace penitencia, sino de la necesidad de la penitencia en sí misma como respuesta al inmenso amor de Cristo Redentor y du su santísima Madre.

Con mi afecto y bendición

Almería, a 14 de febrero de 2018

Miércoles de Ceniza

                  + Adolfo González Montes

                       Obispo de Almería

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2018

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2018

«Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24,12)

Queridos hermanos y hermanas:

            Una vez más nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión»,[1] que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.

            Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (24,12).

            Esta frase se encuentra en el discurso que habla del fin de los tiempos y que está ambientado en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, precisamente allí donde tendrá comienzo la pasión del Señor. Jesús, respondiendo a una pregunta de sus discípulos, anuncia una gran tribulación y describe la situación en la que podría encontrarse la comunidad de los fieles: frente a acontecimientos dolorosos, algunos falsos profetas engañarán a mucha gente hasta amenazar con apagar la caridad en los corazones, que es el centro de todo el Evangelio.

Los falsos profetas

            Escuchemos este pasaje y preguntémonos: ¿qué formas asumen los falsos profetas?

            Son como «encantadores de serpientes», o sea, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren. Cuántos hijos de Dios se dejan fascinar por las lisonjas de un placer momentáneo, al que se le confunde con la felicidad. Cuántos hombres y mujeres viven como encantados por la ilusión del dinero, que los hace en realidad esclavos del lucro o de intereses mezquinos. Cuántos viven pensando que se bastan a sí mismos y caen presa de la soledad.

            Otros falsos profetas son esos «charlatanes» que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que sin embargo resultan ser completamente inútiles: cuántos son los jóvenes a los que se les ofrece el falso remedio de la droga, de unas relaciones de «usar y tirar», de ganancias fáciles pero deshonestas. Cuántos se dejan cautivar por una vida completamente virtual, en que las relaciones parecen más sencillas y rápidas pero que después resultan dramáticamente sin sentido. Estos estafadores no sólo ofrecen cosas sin valor sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar. Es el engaño de la vanidad, que nos lleva a pavonearnos… haciéndonos caer en el ridículo; y el ridículo no tiene vuelta atrás. No es una sorpresa: desde siempre el demonio, que es «mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44), presenta el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre. Cada uno de nosotros, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas. Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien.

Un corazón frío

            Dante Alighieri, en su descripción del infierno, se imagina al diablo sentado en un trono de hielo;[2] su morada es el hielo del amor extinguido. Preguntémonos entonces: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?

            Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (1 Tm 6,10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos.[3] Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra aquellos que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas.

            También la creación es un testigo silencioso de este enfriamiento de la caridad: la tierra está envenenada a causa de los desechos arrojados por negligencia e interés; los mares, también contaminados, tienen que recubrir por desgracia los restos de tantos náufragos de las migraciones forzadas; los cielos —que en el designio de Dios cantan su gloria— se ven surcados por máquinas que hacen llover instrumentos de muerte.

            El amor se enfría también en nuestras comunidades: en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium traté de describir las señales más evidentes de esta falta de amor. estas son: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero.[4]

¿Qué podemos hacer?

            Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos que antes he descrito, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.

            El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos,[5] para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.

            El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. Al igual que, como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia. A este propósito hago mía la exhortación de san Pablo, cuando invitaba a los corintios a participar en la colecta para la comunidad de Jerusalén: «Os conviene» (2 Co 8,10). Esto vale especialmente en Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades. Y cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la divina Providencia: cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?[6]

            El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.

            Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia Católica, para que llegara a todos ustedes, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a escuchar a Dios. Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos.

El fuego de la Pascua

            Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo.

            Una ocasión propicia será la iniciativa «24 horas para el Señor», que este año nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística. En el 2018 tendrá lugar el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, inspirándose en las palabras del Salmo 130,4: «De ti procede el perdón». En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental.

            En la noche de Pascua reviviremos el sugestivo rito de encender el cirio pascual: la luz que proviene del «fuego nuevo» poco a poco disipará la oscuridad e iluminará la asamblea litúrgica. «Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu»,[7] para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la Palabra del Señor y de alimentarnos con el Pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad.

            Los bendigo de todo corazón y rezo por ustedes. No se olviden de rezar por mí.

Vaticano, 1 de noviembre de 2017   
Solemnidad de Todos los Santos

 

FRANCISCO

__________________________

 

[1] Misal Romano, I Dom. de Cuaresma, Oración Colecta.      
[2] «Salía el soberano del reino del dolor fuera de la helada superficie, desde la mitad del pecho» (Infierno XXXIV, 28-29). 
[3] «Es curioso, pero muchas veces tenemos miedo a la consolación, de ser consolados. Es más, nos sentimos más seguros en la tristeza y en la desolación. ¿Sabéis por qué? Porque en la tristeza nos sentimos casi protagonistas. En cambio en la consolación es el Espíritu Santo el protagonista» (Ángelus, 7 diciembre 2014).
[4] Núms. 76-109.               
[5] Cf. Benedicto XVI, Enc. Spe salvi, 33.    
[6] Cf. Pío XII, Enc. Fidei donum, III.           
[7] Misal Romano, Vigilia Pascual, Lucernario.

MIERCOLES DE CENIZA, TIEMPO DE CUARESMA.

MIERCOLES DE CENIZA, TIEMPO DE CUARESMA.
Del Evangelio según San Mateo
 "Mateo, 6 1. «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. 2. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. 3. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4. así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 5. «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. 6. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará."
"16. «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. 17. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, 18. para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará."
INICIO DE LA CUARESMA E IMPOSICIÓN DE LA CENIZA
PARROQUIA NTRA. SRA. DE LA ENCARNACIÓN DE TABERNAS

- 10:00H Santa Misa e Imposición de la Ceniza. 
- 17:00H Imposición de la Ceniza (catequesis). 
- 19:00H Imposición de la Ceniza.